Este es un libro fundamentalmente visual, con independencia de que contenga, como ya se dijo al tratar de los textos, un minucioso estudio introductorio, argumentos, comentarios etc.

Tras el estudio introductorio el libro está organizado por familias visuales. La primera esta dedicada a las Autos de Reyes, es decir al ciclo de Navidad. La segunda se centra en el Testamento de la tía Norica y los restantes sainetes de la misma saga, que tienen a la tía Norica y a su nieto Batillo como protagonistas. La tercera, una verdadera tauromaquia de muñecos, gira en torno a la obra llamada El Tío Melones o La corrida de toros. Capítulo aparte se dedica a La Virgen de la Palma o De la Viña a la Gloria. También Don Juan Tenorio tiene un capítulo propio, así como Los bailarines, que cerraban las representaciones. Finalmente y dentro de Imagen varia, se contemplan títeres singulares como La canina, o de origen incierto e inclasificables, así como alguna fantasía visual gratuita.

 

 

 

 

Autos de Navidad.

 

              

 

 

 

 

   Los llamados Autos de Navidad representan el Misterio navideño de la Navidad. Al decir de Arcadio Larrea, el Nacimiento del Mesías, que también se denomino en algún momento Las astucias de Luzbel, debió de representarse desde muy antiguo en el teatro de títeres.   De los Autos de Navidad se conservan varios textos manuscritos, todos de autores anónimos.

El Nacimiento del Mesías, que algunos han considerado como una réplica del teatro medieval castellano, es, según Larrea, una producción literaria del siglo XVIII, a juzgar por el lenguaje usado; lenguaje, por lo demás, cuidado y muchas veces bellamente cincelado al estilo calderoniano en los pasajes llamados teológicos.

 

   Desde el punto de vista de los contenidos literarios y argumentales, podemos distinguir, como se ha dado en decir, dos discursos literarios que transcurren simultáneamente, entremezclándose entre sí constantemente, lo que dota a las representaciones de un  gran encanto, ingenuidad y vivacidad.

 

   De una lado el tratamiento, enfáticamente respetuoso y serio, de los personajes bíblicos (la Virgen, José, Herodes, Ana, Isabel, y los Reyes Magos), es decir los personajes que pertenecen al que podemos llamar  el drama sacro, que intervienen en torno al Misterio de la Anunciación, Nacimiento, Presentación al templo, Degollación de los inocentes, Huida a Egipto etc., así como los personajes que intervienen en el drama teológico (Luzbel, la Astucia, el Arcángel San  Miguel); y de otro los personajes propiamente mundanos, más bien, extremadamente humanos: el alcalde Cucharón, los pastores Pernalillo y Gilbertillo, el Centurión etc.

 

   Deliberadamente, como decíamos, el drama sacro y el teológico se representan con seriedad y solemnidad, como dando a entender; aquí no hay broma posible, todo esto es muy serio.

 

   Por ello se siguen las pautas tópicas tradicionales: absoluta maldad de Luzbel y la Astucia; radical oposición al mal por parte del Arcángel; absoluta disponibilidad y entrega de María al Misterio de la Anunciación; total mansedumbre e ingenuidad de José, quién acepta en su totalidad el papel que le ha tocado en la Sagrada Familia; cabalgata compulsiva de los Reyes Magos que siguen hipnóticamente a la estrella luminosa, y total estulticia y torpeza vengativa de Herodes, quién confundiendo la política divina con la suya propia, monta una operación cruenta con la pretensión de frustrar el designio de la Providencia.

 

   De esta manera, los textos de los Autos, tienen algo de auto sacramental sin pretensiones y, en realidad es la trama funcional  y convencional que rehace, representa, el drama sacro y religioso, dando entrada en él a la fiesta y a las pasiones humanas en un tono fundamentalmente cómico e ingenioso.

 

La Astucia y Luzbel llenos de rencores y desafíos y torcidas intenciones, se oponen desesperadamente a las profecías, y el Arcángel Miguel aceptando el desafío de aquellos orgullosos, quebranta las cadenas de la Astucia y anuncia el triunfo final del Mesías.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            Dice el Angel:

 

            Sí; Dios te salve María.

            Quita al mortal su desgracia rompiendo infernales

            redes y  así liberarle puedes porque eres llena de gracia.

            Tu vences al enemigo con tu misterioso encanto, mira

            al Espíritu Santo, ahora el Señor es contigo.

            Bendita tú eres Virgen bella y candorosa.

            Por la mano poderosa entre todas las mujeres.

            En tu seno puro crías al ángel de fe y así, bendito es

            el fruto de tu vientre.

            Adiós María.

 

 

 

 

 

 

 

            Dice María:

              

 

 

            ¿ Que palabras tan divinas son estas a mí que soy

            la mujer más  abatida que pueda haber en la tierra?

            ¿ Como se ha de efectuar esta sacra maravilla, si

            no conozco varón y tengo a Dios desde niña hecho

            voto  de guardar castidad toda mi vida?

            ¡Sacra excelsa Majestad¡, tu fin misteri

            hágase tu voluntad, aquí está tu humilde esclava.

 

 

 

 

 

 

 

            Dice Gilbertillo:   

                               

 

            Bello Jesús de mi alma,

            a quien Dios y hombre miro,

            bien veis que  esta nueva

            nos coge desprevenidos.

            Es muy poco lo que traigo

            a ofrecerte aquí, Dios mío,

            un par de pollos os traigo

            y con ellos vuestra madre

            os puede hacer un guisaico

            que repare vuestras fuerzas,

            si es que las habéis perdido.

 

            Ahora ten de nosotros

            Misericordia, Dios mío,

             y ayúdanos en esta vida

 

 

 

 

            Dice Pernalillo:

 

 

            Divino sol de justicia,

            corrío llego, Dios mío 

            de no tener que ofrecerte

            como pide mi cariño;

            supla mi afecto, que es rico,

            la cortedad de mis dones,

            que otra cosa no he traío

            sino este cantarito de miel

            que es de mi pueblo lo mejorcito.

 

 

 

 

 

 

            Dice el alcalde Cucharón:

 

            ¡Ea¡, señores...

            rancho aparte, que yo sigo...

            Dios guarde a su reverencia,

            Señor Jusepe, yo estimo

            la mercé que Usted nos hizo

            de mandarnos aquel recao

            por aquel lindo mocito.

                     

            ¡Miren que el niño es bonito¡

            pero tenga gran cuidado

            no le pesque algún diablillo.

 

            Solo tengo que ofrecerte

            este pobre corderito y,

            aunque parezca prestao,

            por mi vía que es muy mío...

            Amén Jesús.

 

 

           

 

 

 

         

 

 

 

 

 

Los sainetes de la Tía Norica.

 

 

 

 

 

 

 

El testamento de la Tía Norica.

 

 

 

   El tío Faustino le trae a la Tía Norica el recao de parte de la prima Josefa, de que se casa la hija de Josefa, es decir la sobrina de la Norica.

   Y la Norica, la mar de contenta,  se marcha a contárselo al dueño de la taberna, el tío Isacio, que estaba cuidando el ganao. El tío Isacio  cuenta  lo del torito pinto de malas ideas que se ha escapado y que puede aparecer.  Lo cual inquieta a la Norica, que manda a su nieto Batillo de arrecoger el borrico enseguida y marcharse, no vaya a ser que aparezca el toro que es una fiera.

 

 

Pero  no ha lugar, porque inmediatamente el toro se hace presente, y la tía Norica  en lugar  de correr con el tío Isacio a la venta y quitarse de en medio, le da, quizás  porque está eufórica por lo de la boda, o simplemente porqué está algo loca, le da por sentirse torera.

 

 

Y el toro la coge nada menos que por el cuadril; y le da en el aire mil vueltas, dejándola moribunda y maltrecha.

   El médico D. Reticurcio Clarines, después de atender y recetar a la Norica le aconseja, probablemente por conciencia profesional, hacer testamento enseguida, recomendándole a su amigo D. Policarpo y Señor de Troncha Díaz, que es escribano discreto y de conciencia muy limpia.

 

 

   Y así el sainete llega por fin al esperado momento del testamento, en el que la Norica, moribunda y todo, se da a la guasa  tomando el pelo al escribano, quien al final llega a la conclusión definitiva: no tiene Vd. nada.

 

 

 

                

 

      

 

 

 

La Norica cuenta el lance al médico.

 

Pues ha de saber Vd. que en esta tarde mesma fuime a casa del tío Isacio para contarle una nueva. De pronto un torillo pinto, saliendo de entre las breñas, se arrancó hacia nosotros sin que nos diéramos cuenta. Yo, que conservo en mi cuerpo  sangre pura de torera, le quise echar un lance cual si fuera una mozuela. El pícaro zagalejo se me enredó entre las piernas, y el toro, aquí en el cuadril, me dio una corná tremenda.

 

 

 

 

                

 

 

 

 

El médico, D. Reticurcio Clarines  al saber que la corná ha sido en el cuadril, sentencia: Imperatorum cualitorum dieci, cornis melitorum en cuadrilis cuadrilorum.

Y receta:

 Bueno, pues esta receta que le redactaré enseguida ha de hacerla sin tardanza y colocarla en la herida. En un perol de los grandes pondrá a cocer cien sardinas, doce manojos de rábanos, pimientos y trementina. De alquitrán una media arroba, con rabos de lagartija, cuatro kilos de mostaza, mucho aceite y trementina, y cuando esté muy caliente, le echa Vd. unas guindillas, lo remueve con un palo, y se lo pone en la herida.

 

 

 

 

Escribano:   La señora Doña Norica tezta, según pretende, los muchísimos

                   valores que aquí lega a sus parientes, y, como principio del texto

                   apunta primeramente.

 

Norica:        Que ya en el campo del Sur taparon un gran boquete.

 

Escribano:    Señora, nada que ver tiene eso con el documento este, aquí se   

                    pone no más lo que sean sus bienes.

 

Norica:         Apunte Vd. un hotel, un entresuelo y con cómodos cuartitos.

 

Escribano:    ¿Ese hotel donde se encuentra?

 

Norica:         En la plaza del Piojito.

 

Escribano:    Señora ¿a la Prevención le dice Vd. el hotelito?

 

Norica:         Un capote y una muleta de un valiente matador.

 

Escribano:    ¿ Es de fama ese torero?

 

Norica:         ¡ Vaya¡ ¡ el celebre Castelón¡.

                     Una fonda todo gratis, mas que hay que llevar cazuela.

 

Una de las versiones del Testamento 

 

 

 

 

 

 

 

Escribano:     ¿Y donde está ese local?

Norica:      En la puerta de los cuarteles que dan a la Puerta  Tierra.

 

Escribano: Batillo, que buena herencia te deja tu madre abuela.

 

Norica:      Una fortuna le dejo a Batillo de mi alma.

 

Batillo:      ¿Y donde está abuelita?

 

Norica:      Las perras que me gasté en el bache de la Alhambra. Un gran  

                  piano de cola que mi difunto tocó, y con él su capital, poquito a

                  poco gastó.

 

Escribano: ¿Y estará depositado quizás en algún rincón?

 

Norica:      En la calle Columela, una tienda de miztó; todo el que pide un

                  crujío lo toca en el mostrador.

 

Escribano: Señora no aguanto más, ni soporto más patraña, su testamento no

                  es tal, y sí tan solo una farsa, de sus burlas ya no dudo. Y, al final,

                  de su descaro se viene a sacar en claro de que no tiene Vd. nada.

   

Otros sainetes

 

 

Batillo Ciceron y, El sueño de Batillo  prolongan a su vez, de forma fantasiosa, las andanzas de Batillo.

 

En Batillo Cicerone, Batillo se ha vuelto agente turístico, cicerone, pimpi se dice en Cádiz, y conduce a una casa de huéspedes al negro gigante Don Pancho, el negro que vino a Cai, Pancho, productor de cine, acompañado de su sirviente, también negro, ha venido a Cádiz a buscar protagonista para su película La perla de Andalucía.

   Batillo le presenta a Rosarito, vecina del castizo barrio de la Viña.   Pancho se enamora de Rosarito, y tras diversas vicisitudes, a las que no son ajenas la madre y el novio de Rosarito, esta acepta ir a América, acompañada de su madre, para ser la protagonista de La perla de Andalucía.

   Y Batillo se suma a la compañía.

 

 El sueño de Batillo empieza donde termina El testamento de la tía Norica.

La abuela y el nieto se duermen. Dª Josefa , que imagina que Batillo va al Brasil en búsqueda de un brillante que pesa medio kilo, quiere que Batillo se case con su hija pequeña.

 Una pasajera alerta al Capitán de que Batillo corteja a su novia Pepita. El Capitán discute con Batillo y lo tira al agua, y Batillo feliz se pasea a lomos de una ballena y encuentra a Alí, quien quiere presentarle a la odalisca Cacatina y llevarle ante el Sultán.

   Batillo y Cacatina se enamoran. Todas las demás odaliscas también se enamoran de Batillo, y para complacerle danzan...; pero todo era un sueño y Batillo despierta junto a su abuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tío Melones  o, La corrida de toros.

 

 

 

  El tío Melones, o, La corrida de toros, es un sainete cómico costumbrista que se atribuye a Manuel Martínez Couto, quien lo realizó en el marco de los temas populares que constituían el repertorio habitual de la Tía Norica.

 

   La hija de Melones y de Petrola, Consuelo, está enamorada de Curro, pero el tío Melones está empeñado en que tiene que casarse con el Posturas, un matador de toros, y se opone al proyecto de su hija Consuelo, a la que intenta meter en la cabeza su propio proyecto matrimonial, haciéndola ver la diferencia que hay entre un rapamonas y un matador.

 

   La cosa es que ni el tío Melones ni Consuelo conocen al Posturas, lo que no ha sido óbice para que el tío Melones le escriba una carta proponiéndole su doble proyecto matrimonial y torero.

 

   El tío Melones va a la estación a recibir al Posturas, sin saber que quien se hace pasar por tal no es sino un maleta que sustituye al Posturas que ha sido cogido la víspera.

El Curro, que está al tanto de lo que pasa, decide sustituir al falso Posturas, quien acepta quitarse de en medio para no verse en el trance de tener que torear un ganao atroz: seis toros como seis catedrales.

 

   Y prefiere perder la coleta que ir a la Prevención.

 

   Llega el momento de la corrida, el momento esperado por el público, que hace posible un despliegue de todos los elementos taurinos: los matadores, la cuadrilla, los picadores, las mulillas, los monosabios; y  el toro.

 

   El toro enpitona al caballo del tío Melones , y el tío Pepe vuela alto para caer sobre el toro, corriendo gran peligro de ser cogido.

 

    Pero es salvado por el quite del Curro, quien, en el momento decisivo echa entre el toro y el tío Melones, el telón de su capote.

   Todo termina bien. El tío Melones curado radicalmente de su pasión tras el susto, accede gustoso a que su hija se case con el Curro, su salvador, y abandona para siempre la arena:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                           suenen  panderos y castañuelas,

 

                           traigan vino de lo mejor,

 

                           que el Señor Melones Candela

 

                           se quita de picaor.

 

 

Tauromaquia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La virgen de la Palma  o ,  De la Viña a la Gloria

 

   Se trata de un sainete costumbrista en el que se cuentan los amores de Mary Luz, amores que se pasan en el barrio de la Viña.

Como decía Joaquín Rivas, esta es una obra de una muchacha Mary luz que la pierde un niño y la abandona.

 

   En el entorno pululan los tipos populares: el Señor Pepe, tío de Mary Luz y gaditano hasta la médula .El Pescadilla, que es pescador y vendedor de pirulís.  El Curro, apodado El Longines, es sevillano. Aprendió el oficio de relojero en Sevilla; cambió después los minuteros por el látigo y se hizo cochero, para acabar más tarde de relojero en Cádiz, pero sin olvidar a su Sevilla. Cayetano es vecino del barrio, siempre paseando sus tajas y sus jumeras, con vino hasta en los bolsillos. Además, mozas y mocitos de la vecindad, etc, Por otro lado, Manolillo, el hijo de la casera, está enamorado de Mary Luzy la requiere y consuela en sus desdichados amores. Mary Luz le promete ser suya, pero quiere antes, iluninada (según dice) por la Virgen de la Palma, pedir a Antonio que cumpla.

   Antonio, el malaje, el desavorío, no solo no cumple, sino que la humilla y la pega, y el Pescadilla la venga arremetiendo contra Antonio con el palo de los pirulís, haciéndole un boquete como la plaza de toros.

   El Pescailla es detenido por el guardia, y conducido a la Prevención, el Piojito

   Ante estos hechos, Mary Luz iluninada por la Virgen de la Palma, acepta a Manolillo y todos asisten a la solemne procesión de la Virgen, en la que se conmemora otro milagro de años antes, en el que la Virgen de la Palma libro a Cádiz de un maremoto.

   Desfila la procesión con gran pompa y solemnidad: la Virgen, las autoridades, el clero (figuras planas), y todo el vecindario.

 

 

 

 

 

 

 

 

Una niña de este barrio me trajo un despertaó,

 

diciendo que estaba loca, pa que lo arreglará yo.

 

Al darle un repaso, pa ve que tenía

 

me quede asombrao, ¡ Jesus de mi vía¡.

 

Dentro de la caja había un baratillo,

 

sartenes, perolas, cucharas, martillos,

 

una parmatoria, jabón de fregá,

 

siete cobertores, y hasta una armohá.

 

 

 

 

 

 

 

 

¡ Valiente barquito¡ ¡ qué día me ha dao¡

 

Ayé en Puerto chico, un gorpe de mar,

 

me puso la proa  por la parte atrá,

 

y de un barquinazo, el palo mayó....

 

lo encontré en la plaza de San Juan de Dios.

 

 

 

 

 

¡ Esa es nuestra Virgen¡

 

¡ chiquitita y gaditana¡

 

 ¡ la que en tiempos libró a Cádiz

 

de las furias de las aguas¡

 

¡ la que adoran los viñeros¡

 

¡ de este barrio soberana¡

 

¡ esa, esa, chiquitita y bonita¡

 

¡es la Virgen de la Palma¡

 

 

 

Don Juan Tenorio

 

 

 

También en el Teatro de títeres de Cádiz se representó el Tenorio;

una versión seria y también un Tenorio de astracán o versión cómica.

 

 

Los Bailarines

 

        

 

 

 

Era tradición que la representación de un Auto del ciclo de Navidad y de uno de los sainetes de la

Tía Norica, fuera seguidos del baile de la pareja de bailarines, que servía de cierre del espectáculo.

 

 

 

 

 

Imagen varia

 

 

 

 

Dentro de Imagen varia, se contemplan títeres singulares como La canina,

o de origen incierto e inclasificables, así como alguna fantasía visual gratuita.

 

 

          

 

 

 

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